domingo, 28 de octubre de 2007

28/10/2007 Fábula de la Vaca Elasa

Os voy a contar una historia, que a pesar de ser una fábula y hablar de una vaca, no os recomiendo que contéis a los niños; a mí me da miedo.

rase una vez un teutón que quería que su hijo fuese el mejor ganadero del mundo, pero no tenía ganado que dejarle. Así que le dio dinero, que de eso tenía mucho, para que comprara una granja y el ganado. Su hijo busco y busco, por todas las tierras de alrededor, visitando granjas y pastos, atravesando los Alpes y los Pirineos, hasta que llegó a unas tierras donde acaban los Monegros. Allí vio una hermosa vaca lechera, con un pelo reluciente y limpio y unas ubres rebosantes de leche.
El joven granjero pensó que si conseguía esa vaca sería el mejor ganadero del mundo, así que dicho y hecho, compró la vaca Elasa.
Como no sabía mucho de vacas, trajo a un capataz para que organizara el trabajo que había que hacer. El experto capataz, enseguida dijo que necesitaba varios colaboradores: uno para recoger la hierba de los pastos, otro para dar de comer a la vaca, uno más para su ordeño y cuidados y otro para llevar a vender la leche. El granjero se encargaba de llevar la contabilidad ya que eso era lo único que sabía hacer.
Sus colaboradores hacían un magnífico trabajo así que enseguida se empezaron a aumentar los beneficios de la venta de la leche. Incluso la vaca Elasa fue ganadora de varios premios en las ferias de los condados cercanos.
El padre del joven granjero estaba orgulloso del éxito de su hijo. El joven granjero cada vez más entusiasmado por el éxito económico de su granja, exigía que cada día se sacasen más litros de leche para incrementar así sus beneficios y complacer más aún a su padre.
Los colaboradores advertían al granjero de que no era posible seguir a ese ritmo, ya que la vaca era algo vieja y la leche pronto empezaría a agotarse. Le dijeron que al igual que habían hecho las granjas vecinas, comprara algunos cerdos y gallinas o cualquier otro animal de granja, para así ampliar los productos y poder suplir el descenso de la venta de la leche con huevos y jamones. A lo que el granjero respondió: “No voy a comprar ningún otro animal; yo solo me dedico a las vacas que es lo que mi padre quiere; y por algo soy el mejor ganadero del mundo”.
Al cabo de un tiempo, la pobre Elasa ya no era tan gorda y lustrosa y daba menos leche. Como el granjero ya no obtenía los beneficios que esperaba, dejo de comprar hierba para alimentar a la vaca Elasa.
Unos meses después la vaca Elasa estaba escuálida y sus ubres apenas daban unos pocos litros de leche. El dinero que obtenía de las ventas era mucho menos y el granjero decidió que no podía seguir pagando a sus trabajadores y que tenía que abandonar la granja."

¡A mi este final no me gusta!
Trabajadores de la granja... ¿estáis todos dispuestos a escribir un final mejor?


Moraleja: Para ser un buen granjero no basta con tener la vaca más gorda.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Ole, ole y ole

Anónimo dijo...

¡Si señor/a! eres genial.

Anónimo dijo...

Muy bueno compañer@!!

Anónimo dijo...

muy bien/ esa es realmente nuestra historia a........defender

Anónimo dijo...

la vaquita la teniais que haber empezado a cuidar hace unos años... ahora es tarde ex-compañeros... que poco os acordais ahora de nosotros...
GRACIAS POR DECIR ALGO

Anónimo dijo...

Que cosas se leen ....

Yo que tengo memoria historica recuerdo a algun aleman de alemania decir que no se podía estar ordeñando la vaca como lo estaba haciendo Amper ...

Contra Amper viviamos mejor ...

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